lunes, 22 de septiembre de 2008

El súper-rescate financiero calienta la guerra electoral y agrava la crisis recesiva en EEUU


La falta de precisión oficial sobre cual será el "costo final" de la medida emprendida para salvar al sistema financiero ya sacude la campaña presidencial USA. La estatización de la deuda dejada por el festival especulativo con la "burbuja inmobiliaria" implica que la crisis financiera de los privados termina siendo pagada por toda la población contribuyente. Para los analistas el monto del mega-rescate estatal ya se perfila como un impacto mortal sobre la economía estructural en rojo de EEUU, que está devorando a Wall Street llevó al gobierno imperial de George W. Bush a abandonar sus postulados de "libre mercado" y anunciar un plan de salvataje estatal inédito, de las instituciones y bancos quebrados en el gran casino de la especulación global.
Este fin de semana la Casa Blanca le solicitó al Congreso US$700.000 millones para comprar carteras de activos "problemáticos", como parte de su plan para frenar lo que lo analistas ya llaman "la peor crisis financiera desde los años 30".