sábado, 30 de junio de 2007

PROBLEMA-REACCION-SOLUCION

Supongamos que usted detenta el poder y quisiera cambiar el orden de lo establecido sin que nadie se percatara de ese cambio. Su mejor estrategia sería crear un problema para luego esperar una reacción que demande una solución, y por último, ofrecer dicha solución. El axioma funciona de la siguiente forma: “genera el caos, reestablece el orden y entonces crea un nuevo orden, su propio orden”.


Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método es también denominado “problema- reacción- solución”. Se crea primero el problema, una “situación” prevista para suscitar una cierta reacción del público, a fin de que este sea el demandante de medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desarrolle o intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad o policíacas que limiten la libertad, o justifiquen acciones militares. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

La estrategia del “poco a poco” o la degradación progresiva.

Para hacer aceptar una medida socialmente inaceptable, es suficiente aplicarla progresivamente, a lo largo de un ciclo de 10 o 20 años. De esa manera, condiciones socio-económicas radicalmente nuevas han sido impuestas: reconversiones, desempleo masivo, precariedad, flexibilidad, relocalización, salarios que ya no aseguran ingresos mínimos, aborto, eutanasia,...La estrategia del acontecimiento inevitable y la resignación.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es presentarlo como “dolorosa pero necesaria”, obteniendo el acuerdo del público en el momento para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Deja más tiempo para que la sociedad se acostumbre a la idea de un cambio inevitable y de aceptarlo con resignación cuando llegue el momento. Ejemplo: el paso hacia el Euro y la pérdida de soberanía monetaria y económica.

Dirigirse a un público infantilizándolo.

La mayoría de los programas de TV dirigidos al gran público utiliza un discurso, argumentos, personajes, y un tono particularmente infantil, como si el espectador fuera un niño de corta edad. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador u oyente, mas se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? Si se dirige a una persona como si tuviera la edad de 12 años, sin plantearle nada que le cuestione, tendrá, con cierta probabilidad, una respuesta o reacción desprovista de sentido crítico.

Utilizar el aspecto emocional y no la reflexión.

Adolf Hitler decía: “ Por medio de hábiles mentiras, repetidas hasta la saciedad, es posible hacer creer a la gente que el cielo es el infierno y el infierno el cielo... Cuanto más grande sea la mentira, más la creen (...) Me valgo de la emoción para la mayoría y reservo la razón para la minoría”.

Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.Hacer de forma que el público sea incapaz de comprender el mundo en que vive y los métodos utilizados para su control y esclavitud. Que piense: “NO se puede hacer nada”. Se consigue con la calidad de la educación, con la programación de los medios de comunicación. Para la mayoría, la mediocridad. La excelencia sólo para una minoría elitista. Una mentira o una media verdad repetida por un poderoso medio de comunicación, o una institución científica, en convierte en una verdad de hecho; viene a constituir “una creencia”, algo intocable. La propaganda tiende a favorecer no verdades sino “creencias”.

Reemplazar la acción revolucionaria por la culpabilidad y el individualismo.

Hacer creer al individuo que él sólo es el único responsable de su desgracia, a causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en vez de asociarse para luchar, el individuo se autodevalúa y se culpabiliza, lo que genera un estado depresivo que le inhabilita para la acción. Un ejemplo es la aceptación de millones de personas en paro o en la precariedad sin ejercer la mínima protesta. Otro es el auge de un asistencialismo de nuevo cuño que a través de las ONG canaliza los sentimientos de culpabilidad y contribuye a eliminar la conciencia política de los problemas.Conocer a los individuos mejor de lo que se conocen a si mismos.
En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una brecha creciente entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por la élite dirigente. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el sistema ha logrado un conocimiento avanzado del ser humano. Esto significa en la mayoría de los casos que posee un mayor control y un mayor poder sobre las personas que las personas sobre ellas mismas. El que fuera director de la Coca Cola, David Wheldon, expresaba así su estrategia de dominación: “Ante la dificultad de prever como será el consumidor del futuro, la solución es crearlo nosotros mismos desde el presente con la ayuda de buenas ideas y buena publicidad. El consumidor del futuro va a estar donde queramos que esté”. La verdad es que no hay equipo de sociólogos o psicólogos capaz de rivalizar con los que emplean las grandes compañías transnacionales.

Controlar la democracia. “Un mundo feliz”, de Aldoux Husley imaginaba lo que sería una dictadura perfecta: una dictadura con apariencias de democracia, con individuos genéticamente condicionados. Un sistema de esclavitud basado en el consumo y la diversión, donde los individuos amaran más que a su vida su propia servidumbre, donde ese amor llevara por nombre “libertad”. La manipulación es insostenible sin apariencia de democracia. La democracia real es intolerable para el que busca manipular. Reclamar hoy la democracia real, autogestión, es ilegal. Está prohibido por ley pasar de la “participación”.

Manipular el lenguaje.

A la miseria no se la puede llamar hambre, porque el hambre es sólo cuestión de comer. El hambre no es un asesinato político ni un genocidio, aunque deje sin vida a más de 100.000 personas a diario, sino un problema de sequía, malos gobiernos y catástrofes naturales. A la condena al trabajo forzado de los niños, esclavitud infantil, se la llama “trabajo de los niños”. A los países que han sido esquilmados y empobrecidos por el latrocinio de las grandes empresas y los intereses de las grandes potencias y que tratan de salir de la miseria acatando las recetas de los que les han robado, se les llama “en vías de desarrollo”. A los inmigrantes que huyen del hambre se les llama “ilegales”. A las personas que buscan trabajo se les llama “mercado de trabajo” o “capital humano”. A las personas que ofrecen sus recursos mentales y físicos en las empresas, se las llama “recursos humanos”. A las ayudas humillantes que dicen prestar los que primero han robado, les llaman “cooperación”. A dar lo que nos sobra, delante de todo el mundo, lo llamamos “solidaridad”.

La estafa de los dos litros de agua


Muchas personas creen que bebiendo mucha agua se puede adelgazar, comienzan por beber uno o dos litros de agua sin tener sed, poco a poco van aumentando sin darse cuenta la cantidad ingerida llegando a atiborrarse, creen que una manera muy sana y natural para perder peso es esta (parte de culpa puede ser de la publicidad, observarla). A esto se le denomina Potomanía, un desorden un tanto desconocido que crea adicción y puede repercutir con serios daños en la salud.
La persona potomaníaca necesita constantemente beber grandes cantidades de agua, a pesar de que no tenga sed ni haya perdido líquidos haciendo ejercicio u otras actividades, frente a este problema sólo hay una solución que aplican los especialistas, recetan beber solamente un litro de agua al día hasta lograr eliminar la adicción. Como norma habitual, los consejos de los médicos son desoídos y en el caso de intentar cumplirlos, quienes padecen potomanía llegan a sufrir un síndrome de abstinencia del agua.
Generalmente los desórdenes que tienen que ver con la alimentación y el aspecto físico son el resultado de los conflictos y problemas psicológicos que se sufren. Es difícil ser consciente de que se tiene un problema, y más cuando te encuentras anuncios como el de Font Vella, donde indican que la mejor manera para cuidar la línea es beber agua, algo muy sano y natural. Por fortuna, cambiaron el enunciado del spot y ahora indican que lo recomendable para la salud son sólo dos litros de agua por día.De todos modos, el anuncio en cuestión y otros pertenecientes a otras compañías propiciaron el incremento de este trastorno, los anuncios deberían haber informado desde un principio de los riesgos de abusar del agua, como veremos a continuación se puede incluso morir por culpa de la potomanía.
Todo empieza cuando decides comenzar a beber agua creyendo en la acción beneficiosa y reductora de peso, sustituyes el agua por los alimentos y logras alcanzar la saciedad a base de llenarte de líquido. Después comienza una peligrosa y difícil unión entre tú y tu botella de agua, bebes en cualquier lugar, en cualquier momento, no existe la sed pero da igual. Existe un punto en el que te has dado cuenta de que el sistema funciona, has conseguido adelgazar, este es un momento clave, ya que empiezas a aumentar la dosis para alcanzar cuanto antes el objetivo, una genial silueta.
Cuando menos te lo esperas, estás bebiendo hasta 6 litros de agua por día, ¿quieres saber las consecuencias de ello?, sobreesfuerzo en el trabajo de los riñones y calambres resultantes de la rápida disolución e incorporación al plasma sanguíneo de minerales tan importantes para el organismo como el potasio o el sodio. Estas son las consecuencias iniciales y de menor gravedad, ya que dependiendo de la adicción puede darse parálisis o incluso la muerte.


Escuchad este programa de radio sobre "La estafa de los dos litros de agua".