
El brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el capitalismo usurario para "refinanciar" su deuda (en realidad, solo un macro negociado con la crisis) ya se presenta como la mecha de un potencial estallido social en cadena que podría, como emergente principal, desencadenar un proceso de crisis política y de perdida de la gobernabilidad que se proyecte de la eurozona a toda la periferia europea.