
Esas estructuras secretas de la OTAN habían sido equipadas, financiadas y entrenadas por la CIA, en coordinación con el MI6 (los servicios de inteligencia británicos), para combatir a las fuerzas armadas de la Unión Soviética en caso de guerra, pero también, según la información de la que hoy disponemos, para cometer atentados terroristas en diferentes países. Es así cómo, desde los años 70, los servicios secretos italianos utilizaron esos ejércitos secretos para fomentar atentados terroristas con el objetivo de sembrar el miedo en el seno de la población y de acusar luego a los comunistas de ser los autores. Era la época en que el Partido Comunista tenía un poder legislativo importante en el Parlamento. La estrategia de la tensión estaba concebida para desacreditarlo, debilitarlo, impedirle acceder al poder ejecutivo.