miércoles, 5 de enero de 2011

La ley antitabaco la inventaron los nazis

Los militares tenían prohibido fumar en las calles, durante las marchas y los periodos de permiso y, en la escuela, los niños y los profesores tampoco podían consumir. Lo mismo les ocurría a los menores de 18 años.
El tabaco también estaba vetado en los trenes y autobuses urbanos, lugares de trabajo, edificios públicos, hospitales y residencias. Y casi en los coches ya que, según indica el documento, los conductores que tuvieran un accidente mientras fumaban eran acusados de negligencia criminal.
La publicidad de esta sustancia estaba muy controlada y parece que incluso se llegó a debatir si los fumadores merecían los mismos cuidados sanitarios que el resto de las personas.
El tabaco no era el único objetivo de la política sanitaria, el gobierno también trató de impulsar el consumo de verduras y frutas, del pan integral y desaconsejó la nata montada.
“Madres, debéis evitar absolutamente el alcohol y la nicotina durante el embarazo y cuando cuidéis a los niños. Dificultan, dañan, trastornan el curso normal del embarazo. Bebed zumo de frutas”, reza uno de los manuales de salud de la época.
“Hermano nacional socialista, ¿sabes que tu ‘Führer’ está en contra del hábito de fumar y piensa que cada alemán es responsable de sus actos y misiones frente a todas las personas, y que no tiene el derecho de dañar su cuerpo con drogas?”. Este texto de una revista de la Alemania nazi muestra cómo los brazos de la dictadura de Hitler también aprisionaron el tabaco.
"A base de obligaciones se consigue reflejos de sumisión"