martes, 18 de noviembre de 2008

Había una vez…¡Y comieron perdices! - Censura en Cuarto Milenio, por Leonardo de Exit2012


Cuando terminamos de hacer la entrevista, grabada el Martes 4 de Noviembre día de las elecciones americanas, tuve la sensación de que habíamos aportado muchas pruebas que demostraban que estábamos ante un plan de control de la población oculto tras nuestra democracia.
Cuando terminé de ver la entrevista en televisión volví a revivir la sensación de que emiten los programas de debate “entre los descansos de los anuncios”.
Desde el punto de vista de un programa que vive de los “misterios sin resolver” es comprensible que, al final del programa, esa sea la sensación que quede en los televidentes y eso no es ninguna casualidad. Tampoco ha sido diferente en el debate sobre chemtrails.
Los televidentes se han encontrado la parte humana de un simple observador a diario del cielo enfrentada al “seguro” argumento “científico” de un meteorólogo (que desconoce que hay patentes para la creación de nubes artificiales), arbitrado por el Gran Espíritu del programa, que ha evitado resolver el misterio, por lo que ha usado su capacidad de retoque posterior para ajustar el programa a sus reales intereses.
Por eso hay diferencia entre el debate grabado y el debate emitido.
Hay tres declaraciones mías que fueron suprimidas (empate en el segundo 5:44 del tercer bloque de cinco, donde dice Íker: “nnnntraias una foto”):
Primera:
Aprovechando que el meteorólogo hizo mención de los atentados del 11S, usándolo como ejemplo de que no voló un solo avión en tres días, yo recordé que no fue así del todo, ya que se le permitió a la familia Bin Laden abandonar el país en avión en ese tiempo. Aproveché para decir que yo, antes que skywatcher, soy activista por la verdad del 11S y que, precisamente en estos días, estaba el presidente de la asociación de arquitectos por la verdad del 11S en Madrid, dando una conferencia en el colegio de arquitectos, que demostraba la demolición controlada de las torres gemelas y que había documentales colgados en la red, de fácil acceso, que demostraban lo que decía la asociación de arquitectos, añadiendo por mi parte que, esta operación de falsa bandera, nos había metido en una infame guerra contra Irak, para llevarnos su petróleo y contra Afganistán, para montar un oleoducto. Creo recordar que también comenté que, estos organizadores de las guerras, eran los mismos que estaban detrás de esta crisis económica mundial que estamos viviendo; a todas luces artificial.
La segunda de mis declaraciones suprimidas fue la siguiente:
La Convención ENMOD fue negociada en el marco de la Conferencia del Comité de desarme y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1976; fue abierta para su firma el 18 de mayo de 1977 en Ginebra y entró en vigor el 5 de octubre de 1978. La finalidad de la COnvención ENMOD es evitar que se utilice el medio ambiente como instrumento de guerra, prohibiendo la manipulación deliberada de los procesos naturales que puedan provocar fenómenos tales como los huracanes, maremotos, o cambios en las condiciones climáticas, como terremotos, deterioro del ecosistema de una región, modificación de las condiciones atmosféricas (nubes, precipitaciones ciclones y tornados), de las condiciones climáticas, de las corrientes oceánicas, del estado de la capa de ozono o de la ionosfera. Para el año de firma del tratado ENMOD se habían registrado 50 patentes de inventos asociados a la modificación del clima. Después de esa fecha, en vez de pararse el tema, y hasta el día de hoy, se registraron 73 patentes nuevas con el mismo fin. Para ello enseñé las patentes que llevaba en mano (de ahí que haya salido con tantos papeles en la entrevista) y dije que eran de disposición libre para aquellos que quisieran consultarlas en Internet.
Y el último de los comentarios suprimidos (que yo recuerde) fue el siguiente:
Leonard Horowitz, es médico especialista en Salud Pública, en Bioterrorismo y emergencias por enfermedades, está Diplomado en Harvard y es miembro del equipo de investigadores de esta universidad, es autor de 15 libros, entre ellos el best seller “Virus emergentes: SIDA y Ebola, ¿naturales, accidentales o intencionales?” Este libro ha permitido la apertura de un investigación oficial en Estados Unidos. Y también escribió “Las Mentiras que creemos, La Cía, Hollywood y el BioTerrorismo” del que también dirigió un documental bastante extenso que está colgado en la red, y “Muerte en el Aire: Mundialización, Terrorismo y Guerra bacteriológica”, donde Horowitz acusa al “cartel petrolero y farmacéutico” de preparar un nuevo genocidio programado. Como verán no estamos hablando de un don nadie.
Santiago Camacho, Miguel Seguí, el meteorólogo Jacob Petrus y el propio Íker Jiménez son testigos de lo que afirmo, a la vez que debe conservarse la entrevista completa; sin cortes.
Comprendo que, en la línea del programa, estas declaraciones inclinaban la balanza más hacia un lado que al otro (éramos tres a favor de que los chemtrails existen contra una sola opinión que opinaba lo contrario) y eso estaba fuera de la línea conservadora del programa, que tienen que ajustarse a lo que los controladores del sistema quieren, para mantenernos en la mayor ignorancia posible, de su secreta manipulación sobre la opinión pública.
Es triste pero es la realidad. Hasta el año 98 no habían chemtrails en todo el planeta. A partir del este año empezaron los chemtrails. Si solo son estelas de condensación ¿por qué empezaron ese año?
Cuando Jose Gregorio González, de Canarias Mágica, me llamó para trasladarme la oferta de Iker para ir al su programa para debatir sobre los chemtrails, mi respuesta fue: “Acepto el reto”. Sabía de antemano que la “vía alternativa” es la vía que utiliza el Sistema para des-viar los asuntos polémicos y secretos a una vía muerta, pero era una oportunidad única de hablar a dos millones de personas sobre el tema.
No se trata de que, tal y como dice Íker en el programa, haya una enorme cantidad de gente pidiendo que se hable de los chemtrails. La gente no está pidiendo a Cuarto Milenio que hable de los chemtrails. En tal caso pediría a los telediarios, periódicos y políticos que hablen de los chemtrails; no a Íker Jiménez. La realidad es que hay un creciente “olor a muerto” en la alarmante e insistente fumigación diaria sobre la población de nuestras ciudades y han querido “tranquilizar” a la población, trasladando la preocupación de la gente al “estupidizador oficial” del Estado, que es la televisión “mística” cargada de anuncios a la hora de dormir.
Se puede intentar engañar a la población, aturdiéndola con repeticiones, tales como ha hecho el meteorólogo, repitiendo constantemente “estelas de condensación” y eliminando parte de los argumentos contrarios, tal y como se ha hecho. De esa manera queda implantada en el público, a fuerza de repetición, la “tranquilidad”. Pero eso solo sucede con la gente propensa a dormirse y a quedarse con las opiniones que no les obliguen a despertar. La realidad es que la gente que mira Cuarto Milenio, es gente que sabe que hay algo mas allá de las apariencias, y en ese sentido muchos de ellos saben ahora que hay una campaña de fumigación sobre la población y que eso se lleva haciendo como experimentos militares desde hace muchos años; no solo en España.
Aun así quiero felicitar a Santiago Camacho y a su colaborador, autores del excelente vídeo de introducción, que de por sí ha dejado bastante evidente el problema que tenemos.
Otra cosa es que, queriendo atraer al público, hayan creado la falsa expectativa de que iban a solucionar el problema de los chemtrails, tal y como hacen la mayoría de las veces con otro tipo de “misterios”. La realidad posterior es que realmente nunca resuelven los misterios, porque eso les dejaría sin negocio. Por eso, hipócritamente, hemos sido emplazados a un nuevo debate sobre el tema.
Si el meteorólogo ha dejado claro que los chemtrails no existen y que son solo estelas de condensación e Íker Jiménez ha dejado clara su postura de que él no cree en los chemtrails, ¿para que necesitamos continuar con el debate?
El debate está ya terminado tal y como ellos lo plantean: “Había una vez…¡Y comieron perdices!”