El primer tramo del macro-negocio privado con la crisis financiera se inició este viernes con la aprobación por parte de la Cámara de Representantes de EEUU del plan de choque de Bush para salvar a las entidades quebradas con dinero público. Una operación inicial de US$ 700.000 millones que el Tesoro USA (por medio de emisiones de deuda pública) entregará a los bancos privados del Sistema de la Reserva Federal.

"Ahora está bastante claro que presenciamos el 'shock' más peligroso para los mercados financieros desarrollados desde los años 30, representando una amenaza destacada para el crecimiento global", dijo Charles Collyns, vicedirector de departamento de investigación del FMI.
El primer ministro francés, François Fillon, dijo el viernes que el mundo estaba "al borde del abismo", atrapado en una crisis financiera internacional que ahora amenaza a la industria, el comercio y el empleo de forma global.Poco antes, Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), se había echo eco del mismo sentimiento de alarma que recorre las capitales de la UE cuando instó al Congreso de Estados Unidos a aprobar el plan de 700.000 millones de dólares (unos 495.600 millones de euros) para hacer frente a la crisis.
Los especialistas temen que el costo final del plan de rescate (que va ser imitado por la Unión Europea), además de socializar la deuda privada, profundice la contracción del crédito y termine de asfixiar ambas economías centrales proyectando (vía dólar y sistema financiero) una recesión a escala global.
Mientras Europa y EEUU discuten el "salvataje financiero", la crisis del crédito y el achicamiento del consumo ya se perfilan como un impacto mortal sobre sus economías estructurales en rojo.
Desde EEUU, Francia y Alemania, pasado por Italia o España, los últimos datos macroeconómicos (inflación, crecimiento económico, productividad) son contundentes: la eurozona ya traspuso la línea y se encuentra en los límites de la recesión, a la que alcanzaría plenamente al cerrar con dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, tal como pronostica el BCE.
Además, y como efecto inmediato de la crisis USA-UE, la crisis crediticia también empieza a afectar a Asia. La creciente renuencia de los bancos de Hong Kong a prestarse entre sí motivó a las autoridades a anunciar medidas para aumentar la liquidez.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, también advirtió el jueves que la reactivación económica del área del euro se debilita, con una caída de la demanda y un endurecimiento de las condiciones de financiación.
Mientras tanto, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, invitó a los líderes de la Unión Europea a una reunión de emergencia sobre la crisis, para la semana próxima.
La crisis -señala Reuters- se ha propagado fuera de las costas estadounidenses y ha pasado la frontera del sector financiero. Grandes automotrices como General Motors y Ford Motor advirtieron de duros tiempos en medio de temores a que una menor demanda provoque recortes de producción y de empleos.
Nuevos datos mostraron que se acerca una recesión en Estados Unidos y la economía de Europa está empeorando.
Las cifras en Estados Unidos revelaron un declive en la producción manufacturera y una caída en las ventas de coches, un signo de la creciente resistencia de los bancos a dar créditos a negocios o individuos.
En general, la prensa norteamericana coincide en que el costo billonario del super-rescate (que pagará la población a través de los impuestos) potencia el proceso de crisis estructural por el que atraviesan las economías centrales de EEUU y la Unión Europea.
La mayoría de los analistas proyectan un agravamiento de la presión fiscal (suba de impuestos) y un recorte de planes y beneficios sociales como el emergente más inmediato del mega-salvataje estatal a la banca imperial en quiebra que incian EEUU y la UE.
Lo que incidirá en una mayor suba de precios y recorte del consumo (ya desatados), que se sumarán a los estragos de la crisis crediticia para potenciar el proceso inflacionario-recesivo en que se encuentran las economías de Europa y de EEUU.