sábado, 4 de agosto de 2007

TRILOGÍA PARA PENSAR (Salvador Freixedo) 1ªParte


LOS LÍDERES MUNDIALES

Amigo lector: Tienes en tu mano un escrito que puede que te haga cambiar radicalmente tu manera de enfocar la vida, pero también puede ser que termine en el fondo de la papelera, porque lo consideras un total dislate, fruto de una imaginación calenturienta. Todo puede ser y estás en tu perfecto derecho de juzgarlo así.

El escrito consta de tres documentos bastante distintos, con orígenes completamente diferentes pero que en el fondo tratan de lo mismo.

El primer documento, aparentemente desconectado de los otros dos, tiene el propósito de hacerte reflexionar sobre la putrefacción que existe entre los grandes dirigentes de nuestro pobre planeta. Es sólo una muestra de las innumerables que se podrían presentar. La conexión de este documento con los otros dos la encontrarás a medida que sigas leyendo.

El segundo documento es de mi cosecha y lo escribí el año 2001. Es como un resumen de la idea que tengo de todo el fenómeno ovni. Indudablemente es incompleta pues en la actualidad la ovnilogía ha traspasado los parámetros en que se mueve tanto la ciencia como la lógica humana, y adentrarse en el estudio del fenómeno extraterrestre es entrar por el resbaladizo y perturbador mundo de lo paranormal. Perturbador y resbaladizo, pero real, con un tipo de realidad que trasciende las fronteras de la engolada ciencia y hasta del normal sentido común.

El tercer documento es doble. Reconozco que suscitará muchas preguntas, pero si el lector ha leído bien el segundo documento, encontrará en él la respuesta abreviada a sus preguntas. Reconozco también que esas respuestas abreviadas merecen una contestación un poco más detallada y no niego la posibilidad de darla en un futuro próximo.

( Declaración secreta de W.Casey , Director General de la CIA )

"Yo William Casey, declaro que la libertad es un inapreciable valor que requiere una constante vigilancia para que pueda perdurar.

Durante la 2ª Guerra Mundial fui asignado en Londres a la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS). Durante ese tiempo hice amistad con un soldado alemán llamado Gunther al que usé, junto con otros prisioneros alemanes antinazis, en operaciones de las OSS dentro de la Alemania nazi.

"Yo sabía que esto violaba el Convenio de Ginebra para prisioneros de guerra, pero no me importó. El Convenio de Ginebra era un conjunto de reglas que regulaban las atrocidades que los humanos cometen en nombre de sus ideologías políticas. Ponerle reglas a la guerra es prolongar el sufrimiento humano. La guerra franca es el último resorte de una nación civilizada y debe ser usado pocas veces. Pero las guerras tienen que ser realizadas salvajemente utilizando todos los medios y trampas posibles. Gunther era un medio e ignorar el Convenio de Ginebra era una trampa.

"Cuando me nombraron Director General de la CIA el 28 de enero de 1981, recibí instrucciones secretas de William Colby mi antecesor en el cargo. Me informó de dos operaciones que en aquellos mismos días se estaban llevando a cabo en Latinoamérica. Ambas operaciones se estaban realizando sin el conocimiento y sin el consentimiento del Congreso ni del propio presidente Reagan; y ni siquiera las conocía el alto organismo de la inteligencia militar. [Operaciones secretas como ésta dependen exclusivamente de la NSC en virtud de una Executive Order de Truman]. (ndt). Colby me dijo que el nombre en código de estas operaciones era A-6 (Red Mist) y A-7 (Project Sandman).

"Se me informó que el A-6 investigaba a individuos y a toda la estructura comunista que amenazaba a Latinoamérica. Algunos de los datos conseguidos por el A-6 eran luego usados por el Task Force-157. El A-7 era el "Programa Phenix" de Latinoamérica que consistía en el asesinato de los miembros de la infraestructura comunista en toda la América Latina.

"Se me informó también que Colby había autorizado al personal relacionado con la A-6 y A-7 a que traficase con narcóticos con el fin de financiar ambas operaciones. Colby hacía lo mismo que yo sabía se había hecho en Vietnam con el mismo fin.

"Colby me informó con toda franqueza que él había colocado más de un millón de libras de cocaína (500 toneladas aprox.) en Panamá, entre diciembre de 1975 y abril de 1976, operación que se había hecho con la ayuda de nuestro gentil aliado el general Manuel Noriega. La cocaína fue posteriormente transportada a El Salvador, Costa Rica y Honduras entre 1976 y 1981. Y ahora tenía yo sentado frente a mí a Colby con el sombrero en la mano pidiéndome ayuda para introducir la cocaína en el mercado norteamericano.

"Se me dijo que Colby en los asuntos de la A-6 y A-7 usaba a un amigo mutuo, el coronel Albert Vicent Carone, de la Inteligencia militar. Carone es un patriota carismático que nos fue presentado por el general Joseph W. Smith en el año 1945.

Además de las cualificaciones ordinarias, Carone aportó al esfuerzo anticomunista la conexión directa con su viejo amigo Vito Genovese. Genovese era el jefe de la mafia que controlaba los juegos ilegales y el narcotráfico en Nueva York; una mafia de la que Carone había sido nombrado miembro. Carone es además amigo del fugitivo internacional Robert Vesco y tiene varias fuentes de información anticomunista, por ejemplo Maurita Lorentz, que es amiga de Fidel Castro. Carone es el hermano menor del Dr. Pasquale Carone que ha trabajado para la CIA en otras materias.

"Colby me dijo que las ganancias de la cocaína serían lavadas por Al Carone, la mafia de Nueva York y Robert Vesco y posteriormente usadas para la lucha anticomunista por el propio Colby.

"Después de hablar con Carone tomé la decisión de trasladar la cocaína almacenada al aeropuerto de Mena en Arkansas, pues la CIA había ya usado este aeropuerto en varias ocasiones. En estas circunstancias la cocaína era el instrumento. La trampa era el ignorar la ley y el evitar ser descubiertos. En estos esfuerzos nos ayudaron William Clinton y William Weld.

"En 1984 toda la cocaína [que había estado depositada inicialmente en Panamá] estaba ya en el aeropuerto de Mena y además habíamos buscado otras fuentes para que nos suministrasen más cocaína. Ésta nos llegaba a través de los hangares 4 y 5 de la base aérea de Ilopango en El Salvador. Mi hombre de confianza en Mena era Adler Berriman Seal.

"Bill Clinton nos ha ayudado enormemente hasta ahora evitando que haya investigaciones locales sobre las actividades del aeropuerto de Mena. A Bill Weld como Asistente del Fiscal General de los Estados Unidos se le dio el puesto de Encargado de la División Criminal del Departamento de Justicia. Esto se hizo para que pudiese tener controladas las investigaciones de las agencias federales sobre las actividades de Mena. La ayuda de Weld ha sido de un valor incalculable.

"Yo les ordené a John Poindexter, Robert McFarlaine y Oliver North que prescindiesen de los canales normales y usasen todos los medios que tuviesen a mano, incluída la mafia, para asegurar la llegada de la cocaína al aeropuerto de Mena. En no pequeña parte se debe el resultado feliz de toda la operación a los esfuerzos del personal de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA) y de la Agencia de Seguridad del Ejército (ASA). Los hombres y mujeres de la NSA y de la ASA impidieron que los satélites y la red de radares pudieran detectar la llegada de los aviones de modo que estos pudieron aterrizar tranquilamente en Mena. La NSA y la ASA denominaron a estas operaciones "Sea Spray" y "Jade Bridge".

"Creo que la lucha por la democracia en Nicaragua y Latinoamérica está yendo en la dirección que nosotros queremos. Pienso que este triunfo se debe a las operaciones A-6 y A-7 que Colby tuvo el acierto, la precisión y el valor de emprender. Tengo en cuenta los heroicos esfuerzos de Al Carone, Bill Clinton, Bill Weld, John Poindexter, Bud McFarlaine y Ollie North. Sin estos hombres las A-6 y A-7 no hubiesen existido.

"La libertad es un bien de un valor incalculable. El grado de libertad que uno disfruta es el resultado del grado de vigilancia que uno ejerce. Mis acciones puede que sean catalogadas como criminales al pensar en la enorme cantidad de norteamericanos que enganchamos a las drogas. Pero no me importa. Todas las guerras tienen víctimas. Pero generalmente cuanto más violenta es la guerra más corta es su duración. Mi dilema era: o exponernos a una larga guerra de guerrillas en Latinoamérica o usar los medios que teníamos para hacer una guerra violenta de corta duración para salvar la democracia. Cuando tomo una decisión la cumplo. En este caso el arma era la cocaína y la trampa era que el que usa drogas tiene libertad para usarlas o no usarlas. Y escogen usarlas. Yo escogí el usar el hábito de estas personas para financiar la democracia que disfrutamos y para mantener a todos los norteamericanos a salvo de la amenaza comunista que nos está acechando ahí al lado desde Sudamérica. Paradógicamente el drogadicto está ayudando a la sociedad.

"Declaro bajo pena de perjurio que lo que aquí digo es la verdad tal como yo lo veo y entiendo.

"Redactado este 9 de diciembre de 1986 en McLean, Virginia.

Firmado : William J. Casey

Al leer este documento, que por muchos años no fue de dominio publico y que sólo gracias al Acta de Libertad de Información (FOIA) hemos logrado tener, uno se llena de pasmo al conocer la filosofía de nuestros gobernantes y al mismo tiempo se explica por qué el mundo dirigido por ellos está como está. En el documento aparecen mezclados nombres de gangsters con almirantes, senadores y nada menos que un presidente, aunque cuando sucedieron estos hechos todavía faltaban años para que lo fuese. Y aunque no aparece en el documento, ya por aquellas fechas Bush padre –hombre siniestro-- andaba por la Casa Blanca tratando de impulsar su New Order.

El cinismo con que W. Casey admite que ha contribuido a meter en el infierno de las drogas a cientos de miles de sus compatriotas “para financiar la democracia que disfrutamos”, nos da derecho a pensar que degenerados así son capaces de cometer cualquier crimen.. Y de hecho los cometieron en abundancia cuando durante las pruebas de la bomba atómica, sometieron a civiles y militares, sin que se diesen cuenta, a los efectos de las radiaciones para saber hasta qué punto afectaban al ser humano. Cientos de norteamericanos se fueron al otro mundo sin saber que sus propias autoridades eran las que los habían asesinado.

El poder y sobre todo el poder omnímodo, ciega las mentes de los que lo detentan y por eso a lo largo de toda la historia humana vemos tantas barbaridades, tantos abusos y tantas estupideces cometidas por los grandes líderes, que a la larga han llevado a nuestro planeta al estado caótico en que en la actualidad se encuentra.

Los escritos que vienen a continuación caen de lleno en lo que los periodistas progres (pero mal informados) llaman literatura “conspiranoica”. Los conspiranoicos nos acercamos con audacia a los límites del mundo tridimensional o tetradimensional en que vivimos y nos asomamos a otros niveles de realidad, porque sabemos que la información que nos dan nuestros sentidos es enormemente limitada si la comparamos con las posibles infinitas formas de vida del Universo.

Y también sabemos que nuestras “fantasías” están mucho más cerca de la verdad que las pedestres mentiras que nos dicen las autoridades y los medios de comunicación y las pequeñeces en que está sumida la masa humana incluida la que se considera intelectual.

La premisa cierta de la que partimos y que hace años traté de explicar en mi libro “La granja humana” es que en este planeta –normalmente invisibles— hay otros seres más inteligentes que nosotros que son los que desde las sombras nos dominan sin que nos demos cuenta.

El lector que no admita esta premisa puede ya dejar de leer porque lo que viene no tendrá sentido para él. Seguramente preferirá volver a su rutinaria vida diaria con su sobredosis de fútbol, sus series de TV o los rifirrafes de los políticos, sin caer en la cuenta del caótico mundo en que vive, con su injusticia pandémica, sus treinta millones de hambrientos, sus guerras constantes y sus autoridades mundiales corruptas hasta el tuétano. Con su pan se lo coman y que sigan durmiendo.