viernes, 28 de septiembre de 2007

-Houston, tenemos un problema: La verdad del Apollo 11

Urgente:¿Argentina entrará en guerra contra Irán?

Presionado por el poder determinante de las organizaciones de presión y los lobbies sionistas en la Argentina (AMIA y DAIA) y en el exterior (American Jewish Committee, World Jewish Congress, World Zionist Organization y B`Nai B`Rith , entre otras), en estos días el gobierno de Néstor Kirchner está profundizando la peligrosísima, equivocada y despreciable estrategia de acusar sin fundamentos serios a altos funcionarios del gobierno iraní por el criminal atentado contra la sede de la AMIA en julio de 1994. Decimos sin fundamentos serios ya que los fiscales Nisman y Martinez Burgos, y luego el juez federal Canicoba Corral, basaron su acusación insólita contra el ex-presidente iraní Alí Rafsanjani y siete de sus funcionarios, en "información" provista por los servicios secretos de Estados Unidos y del Estado de Israel, dos potencias que clara y públicamente manifiestan con amenazas diarias su voluntad de lanzar una guerra unilateral contra Irán.

Ello, en momentos en que sus agresiones criminales contra Irak, Afganistán, Siria, Líbano y Palestina muestran a ambas potencias - estados Unidos e Israel - como naciones dispuestas a los peores crímenes en base a mentiras flagrantes para destruir la soberanía de ciertas naciones en Medio Oriente y mantener un permanente estado de guerra. El gobierno Kirchner - el actual y el futuro - se alinean claramente detrás de Estados unidos e Israel en la venidera agresión contra Irán.
La semana entrante, el presidente Kirchner se dirigirá a la 62ª Asamblea General de la ONU en Nueva York y estará acompañado por su esposa, Cristina Fernandez de Kirchner. Según el diario "Clarín "(21-Sept-07), "La decisión del Gobierno de llevar la cuestión AMIA a la ONU ha puesto a la Argentina a las puertas de una escalada diplomática con Irán . El encargado de Negocios de la Embajada iraní en Buenos Aires y máximo representante del régimen en la Argentina, Mohsen Baharvand, advirtió que si el presidente Néstor Kirchner acusa a Irán ante las Naciones Unidas, 'muchos países entenderán que la Argentina está a favor de la guerra'. Agregando que: 'este es un año en el que va a haber muchas tensiones en la Asamblea General. Para nuestro país, esta asamblea es muy importante: va a mostrar qué países están a favor o en contra de la guerra; qué países están a favor o en contra de Irán. Es posible que, en caso de que el presidente Kirchner acuse a Irán, muchos países interpretarán que la Argentina está a favor de la guerra'. La AMIA redobló en los últimos días la presión sobre el Gobierno para que Kirchner cumpla con su promesa. Y elevó la apuesta en busca de una sanción de la ONU a Irán 'Reclamamos que se tomen las medidas diplomáticas que correspon dan frente a Irán. Llegó la hora de que el caso AMIA esté en la ONU', reclamó su titular, Luis Grynwald." Claramente, los Kirchner están arrastrando a la Argentina por un peligroso camino.

Proyecto de evacuación mundial

La nueva humanidad tras el 8 de agosto de 1.988 está irreversiblemente colocada en la dirección de servir a los planes cósmicos y no más a los propios proyectos humanos que siempre están desvinculados de lo que es realmente necesario.

Las jerarquías planetarias presentes en la Tierra ayudarán al hombre de superficie a cumplir esa Voluntad Divina. Para el hombre intraterreno y para el extraterrestre esa fecha es el marco para la preparación de los planes de integración de la nueva raza de superficie. A partir de esa fecha de forma irreversible esa raza se está vinculando cada vez más conscientemente con la intraterrena y con la extraterrestre, las cuales pueden existir en diferentes dimensiones.

Esa unión se preparó hasta ahora de manera oculta en lo íntimo de cada ser pero la colaboración será ahora explícita. Habrá un trabajo en conjunto para la perfecta integración del planeta Tierra con la nueva humanidad que surgirá tras la gran purificación. El nuevo código genético puede implantarse abiertamente en todos los que estén abiertos para ello y se trasmitirá una filosofía que integra al hombre en las leyes del Cosmos.

Habrá una convivencia con las demás civilizaciones inteligentes que participan de la Voluntad Divina y responden a las leyes de la Creación. El ser de superficie necesita ese contacto. El hombre de superficie comete un grave error al querer someter las leyes de la naturaleza a su capricho en vez de someterse a ellas. Sin cumplir las leyes de la naturaleza no puede convertirse en una raza de inteligencia superior. Por falta de esa armonía él sigue ligado por ejemplo a la ley evolutiva del nacimiento y de la muerte, una ley que se viene aplicando a las civilizaciones que no consiguieron trasponer ciertos umbrales en dirección a un conocimiento más amplio. Pero el hombre responderá directamente a las leyes cósmicas y no necesitará más de formas caducas, por eso el tiempo de las religiones está por terminar.

Las razas cósmicas extraterrestres lograron el conocimiento de todas las leyes del universo y las siguen normalmente. Por eso existen razas cósmicas de seres muy perfeccionados que desde el punto de vista de otras razas se llaman perfectos. Las más evolucionadas entre las razas cósmicas consiguen también controlar la ejecución de la ley dentro del plan evolutivo. Existen razas cósmicas menos evolucionadas y de ellas hablaremos después.

Un habitante del planeta Tierra debe estar también al servicio de la ley evolutiva y eso lo lleva a planos superiores y a una evolución mayor dentro de la ley de Creación. Pero desconociendo aún sus orígenes planetarios o cósmicos, el hombre de superficie pasa su vida intentando descifrar enigmas mentales sin mayor importancia.


Las evacuaciones de seres de esta Tierra ocurridas anteriormente están, como dijimos, mencionadas en la Biblia. Personajes citados en aquel libro fueron llevados en naves o conducidos por equipos velados bajo otros nombres, como en el caso de Jonás "que estuvo en el vientre de una ballena."

La transformación del planeta Tierra fue ordenada por el Consejo Intergaláctico establecido en el Gobierno Celeste Central, único organismo que toma decisiones en cuanto a cambios de esa importancia. Como se ve, los mayores momentos cíclicos de los mundos no son decididos por sus habitantes, sino por una inteligencia suprema que los rige a partir del centro de la propia vida cósmica. Esa inteligencia tiene en cuenta la evolución general de todas las galaxias, de todo el Cosmos, en todos los niveles de consciencia, y no solamente de un punto dentro de esa vastedad.
Una evacuación de mayor importancia será llevada a cabo cuando movimientos telúricos se sucedan rápidamente en diferentes lugares del planeta, entonces los evacuados serán considerados desaparecidos como ahora. Esa gran evacuación comenzó a prepararse en 1.956 y los planes para su ejecución siguen vigentes aunque hayan cambiado y aún pueden cambiar en cuanto a pormenores. Cerca del diez por ciento de los habitantes del planeta Tierra que estuvieran encarnados serán evacuados. Aproximadamente 8 millones y medio de personas están ya siendo evacuadas de las zonas acometidas por terremotos, desastres y guerras. Se las está preparando e informando para que colaboren con los hermanos de la superficie en los momentos de la evacuación general.

Será la misma raza de superficie a través de esos elementos previamente preparados la que llevará adelante esa tarea. Los extraterrestres dan los medios y colaboran para que se realicen los planes de evacuación, pero serán los propios terrestres los encargados de muchas tareas prácticas. Así estamos informados actualmente. A los extraterrestres les corresponderá trabajar en los planos suprafísicos y a los terrestres en el plano físico. Los primeros, sin embargo, traerán naves espaciales adecuadas para las necesidades del momento, o sea, las de trasladar a los terrestres hasta zonas intraterrenas o extraterrestres que hoy no pueden ser reveladas.

Naves de diferentes tipos serán traídas también por los extraterrestres, las que controlan a través de ondas onosón los depósitos de material atómico diseminados por el mundo entero. Las que controlan rutas de los aviones terrestres de transportes de materiales mortíferos nucleares para que pueda anularse su potencial ofensivo. Las que permanecen de servicio junto a las zonas de misiles intercontinentales de alto grado destructivo para volverlos inocuos si es necesario.
Hay otras naves inmensas que permanecen en los estratos de la atmósfera terrestre o en áreas del subsuelo de la luna. Pueden operar en caso de conflicto entre potencias nucleares y tienen condiciones para absorber total o parcialmente la energía mortífera producida en la Tierra. Hay también naves que pueden paralizar inesperadamente los medios de comunicación terrestres para que haya orden en los trabajos de evacuación y traslación de los seres rescatables. Siempre con la intención de mantener el orden y no dejar que interferencias de las fuerzas del mal, que procurarán actuar a través de la actual tecnología terrestre, perturben la exactitud de los necesarios trabajo de salvamento.

Naves espaciales pueden absorber o hacer converger los rayos energéticos de los corpúsculos solares de forma que provoquen el total oscurecimiento del planeta por el tiempo que sea necesario. Ese tiempo ya está establecido y ese acontecimiento está inclusive dentro de las previsiones bíblicas. Por otro lado partes del sol podrán pasarse a niveles súper físicos, siendo cubiertos esos vacíos por nubes negras. Así se hará la oscuridad que durante momentos de cataclismo permitirá que la evacuación se realice con tranquilidad.

Los cuerpos emocionales de los terrestres serán tratados especialmente para que no sólo soporten ese proceso sino que también colaboren con una calma y un orden hasta entonces desconocidos por ellos.

Los extraterrestres disponen de recursos para un trabajo magnético que suaviza efectos de guerras atómicas pues conocen esos efectos y saben que éstos pueden alterar la estabilidad del planeta en el espacio, lo que afectaría al sistema solar. Para evitar que eso ocurra hay preparada toda una operación. Como se ve sus actividades no son intromisiones en los asuntos terrestres, sino una ayuda efectiva y un verdadero trabajo de salvación.